Divine Providence by Patrick ROBLES
Vêpres du 19 juin 2024 à Saint Germain l'Auxerrois
diffusées sur KtoTv
Cantique ''Tout vient de Lui...'' d'après Colossiens 1
(début : 11:40 - Fin : 15:11)
Ora con Santa Rosa de Lima
Amor a Dios, la fuente de su vida plena
“Ah mi Dios si yo te amara, ah, si te amara, mi Dios, y amándote me quedara ardiendo en llamas de amor, ¿Cómo te amaré Dios mío, cómo te amaré Señor, siendo yo tu criatura, siendo Tú mi creador…?”
“Las 12 son dadas, mi amante no viene, ¿quién será la dichosa que lo entretiene? ¡Ay de mi!, a mi amante ¿quién le suspende? Ya llega el mediodía y no aparece. Mientras en otra parte sin mí lo pasa, Corazón, alma y vida se me desmayan…”
“¡Señor mío y Dios mío!, ¿cómo es posible que haya quien que deje de amaros?… Pero yo, mi buen Jesús, ¿cuándo comenzaré a amaros como merecéis?…¡Ay de mí, y qué lejos estoy de aquel amor perfecto, íntimo, robustísimo que os debo!, ¡Oh, cómo me avergüenza mi tibieza!, ¿De qué me sirve este corazón que tengo?, ¿para qué lo quiero si hasta ahora no se ha reducido a cenizas al fuego de tu amor?”...
Amor a la Eucaristía
Rosa prefería morir antes que ver el Santo Nombre de Dios ultrajado.
Cuando llegaron noticias de la invasión de un pirata holandés a la ciudad de Lima (lo cual traería consigo grandes disturbios, robos y sacrilegios en los Templos). Rosa no dudó en correr hacia la Basílica de Santo Domingo, su lugar de oración y aguardar la oportunidad de defender y ofrecer su vida en martirio antes que profanasen a Jesús Sacramentado. La gente quedó admirada al ver como esta humilde doncella se transformaba en valiente guerrera y arengaba a todos a ofrecer su vida en defensa del Santísimo Sacramento. Estas fueron sus palabras en la Basílica, al esperar el ataque de los enemigos de la fe.
“Aquí pondré mi cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo ¡ay de mí!, han de hacer después a mi dulce Jesús”.
Sin embargo no dejó de rogar para que Dios librase de este peligro a su amada ciudad, como ocurrió efectivamente. Por eso sus imágenes también la presentan con un ancla en la mano.
Amor a la Virgen, nuestra Madre
Visitaba de ordinario la imagen de Nuestra Señora del Rosario de la Basílica de Santo Domingo, donde hoy en día veneramos sus reliquias. Ante ella tuvo lo que en teología mística se denomina el desposorio místico.
Le componía “vestidos espirituales”, “tejidos” con sus oraciones y sacrificios.
A los sacerdotes les decía
“Recuerden siempre que mi Señor los ha llamado para ser pescadores de hombres. Suelten y extiendan anchurosamente las redes del Evangelio…”.
Llevada por su amor a Cristo sacerdote, quiso ella misma adoptar un niño, recién nacido y abandonado, decidida a sustentarlo con sus trabajos y limosnas y suplicarle por su amor de madre que se consagrara a la predicación.
Lo bello habla de Dios
Rosa tejía y bordaba hermosamente. Tenía una muy bonita y bien timbrada voz y decía: “quitarme a mi el cantar es quitarme el comer”. Solía cantar muchas alabanzas a Dios. Su hermano Hernando le preguntó:
-“¿Quién te enseña tantos cantaritos, hermana?”
A lo que respondió:
“Hermano, como hay tanto que decir de nuestro Buen Padre, se ofrecen con facilidad sus alabanzas”.
La Visión de los arcos
“Porque entonces no le veía como otras veces de lado, ni sólo se manifestaba cabeza y pecho sino que le contemplaba derechamente, cara a cara, de la cabeza hasta los pies. Saliendo de la Humanidad de Jesucristo sentí que llegaban hasta el fondo de mi alma llamas inexplicables de gloria, de suerte que pude pensar que estaba ya totalmente libre de las prisiones de esta carne corruptible y trasladada a los goces de la fruición eterna”.
Caridad concreta en el servicio
“No tenga miedo - le decía su madre - de que manche mis vestidos con las llagas de los pobres, que más feamente mancharon el rostro de Jesús. Cuando servimos a los enfermos, a Jesús servimos”.
Apostolado, espíritu misionero, ¡Salvar almas!
Rosa anhelaba profundamente salir como misionera a anunciar a su Esposo en las tierras de misión. Pero en su época, esto aún no se daba. Rogaba por ello, hacía constante penitencia y suplicaba al Señor por el éxito de los predicadores en el mundo entero. “¡Oh, quien fuese varón – decía - para poder ir a las regiones más peligrosas a anunciar el Evangelio!”.
ORACIONES Y NOVENA
Ya en su vida mortal, Rosa de Santa María atrajo bendiciones espirituales y materiales a quienes se encomendaban a sus oraciones. Ahora en el cielo, no dejará de pedir por nosotros, derramando las bendiciones que Dios le dispensa, en recompensa del continuo amor que Ella tuvo al Altísimo y a nuestra Santísima Madre.
Pidamos con generosidad confianza. Rosa está atenta a nuestras peticiones.
Cada día de la novena se reza la oración inicial, luego se lee y medita un versículo del padre Nuestro junto a un pasaje de la vida de Rosa. A continuación se reza la oración final que incluye nuestra petición y se finaliza con un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Esta novena la puedes hacer tantas veces desees y de manera especial los días previos a la solemnidad de la santa (30 de Agosto en la mayor parte de América y 23 de Agosto en el resto de países). Se puede concluir yendo a misa y comulgando con las debidas disposiciones (Confesión).
No olvides que Dios concede sus bendiciones con mayor abundancia al alma limpia por la recepción continua de su gracia en los sacramentos de la Eucaristía y la Confesión. El ejemplo de vida de Rosa en este aspecto es contundente. No nos limitemos con pedir sino también con imitar su ejemplo. Si deseas comunicarnos una gracia especial concedida no dudes en contactarnos.
Oración inicial
Santa Rosa de Lima, amada santa de mi alma, tú me has inspirado una confianza segurísima en que por tu poderosa intercesión me veré librado de los males que me afligen y salvado del abismo insondable de mis miserias. Conozco cuán indigno soy de presentarme ante ti, purísima criatura, yo que soy el más miserable y pecador de los hombres, pero es justamente la constante bondad y misericordia que tuviste para con los más necesitados la que me mueve a refugiarme en ti y en tu poderosa intercesión. Sé que no seré defraudado, sea yo siempre tu devoto predilecto. Amén.
Amor a la Virgen, nuestra Madre
Visitaba de ordinario la imagen de Nuestra Señora del Rosario de la Basílica de Santo Domingo, donde hoy en día veneramos sus reliquias. Ante ella tuvo lo que en teología mística se denomina el desposorio místico.
Le componía “vestidos espirituales”, “tejidos” con sus oraciones y sacrificios.
1. Padre Nuestro que estás en el cielo
En todo momento, Rosa confiaba en que Dios la sostenía a ella y su familia y que atendería sus ruegos. Repetidas ocasiones Dios le hizo ver su cuidado amoroso, en lo espiritual y lo material. - Un día el Señor le presentó un gran número de rosas esparcidas por el suelo y le dijo: ”Rosa, hazme una guirnalda de flores con estas rosas…”- Ella obedeció y luego de ello Cristo cogió una de ellas y le dijo: “Esta rosa eres tú, y de esta me encargo Yo para cuidar de ella con singular cuidado”.
Pidamos a Rosa crecer en la confianza en la Providencia del Padre.
2. Santificado sea Tu Nombre
Rosa prefería morir antes que ver el santo Nombre de Dios ultrajado. Cuando llegaron noticias de la invasión de un pirata holandés a la ciudad de Lima (lo cual traería consigo grandes disturbios, robos y sacrilegios en los Templos), Rosa no dudó en correr hacia la Basílica de Santo Domingo, su lugar de oración y aguardar la oportunidad de defender y ofrecer su vida en martirio antes que profanasen a Jesús Sacramentado. La gente quedó admirada al ver como esta humilde doncella se transformaba en valiente guerrera y arengaba a todos a ofrecer su vida en defensa del Santísimo Sacramento. Estas fueron sus palabras en la Basílica, al esperar el ataque de los enemigos de la fe: “Aquí pondré mi cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo ¡ay de mí!, han de hacer después a mi dulce Jesús”. Sin embargo no dejó de rogar para que Dios librase de este peligro a su amada ciudad, como ocurrió efectivamente. Por eso sus imágenes también la presentan con un ancla en la mano.
Pidamos a Rosa, que aumente en nuestra vida el deseo de la gloria de Dios.
3. Venga a nosotros Tu Reino
Rosa anhelaba profundamente salir como misionera a anunciar a su Esposo en las tierras de misión. Pero en su época esto aún no se daba. Rogaba por ello, hacía constante penitencia y suplicaba al Señor por el éxito de los predicadores en el mundo entero. “¡Oh, quien fuese varón – decía - para poder ir a las regiones más peligrosas a anunciar el Evangelio!”
Pidamos a Rosa que nos haga incesantes en la súplica por extensión del Reino de Dios en el mundo, por todos los evangelizadores y por nosotros, para que no tengamos miedo de anunciar a Cristo entre los que nos rodean.
4. Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.
No fue fácil para nuestra Santa hacer la voluntad de Dios. Ella sentía que Dios la llamaba toda para sí pero su familia buscaba casarla. De hecho, muchos mozos de la aristocracia limeña deseaban tenerla por esposa, pero ella se mantuvo firme en su deseo de ser toda para Dios. Esto le supuso vencer una y mil dificultades, persecuciones y malos tratos dentro de su familia, incomprensiones incluso de los sacerdotes con los que se dirigía, incluso gente extraña que la tildaba de ilusa. Sólo con el paso de los años y la gente se dio cuenta de la singular elección que el altísimo había hecho para con esta doncella y con ello la fama de su santidad se extendió rápidamente en Lima y luego en todo el mundo.
Pidamos a Rosa la humildad para reconocer que nuestra felicidad consiste en poner nuestras miras en hacer la voluntad divina.
5. Danos hoy nuestro pan de cada día
Ya hemos observado el gran amor de nuestra Santa por el Santísimo Sacramento y cómo Jesús correspondía a esta delicadeza socorriéndola en lo material y espiritual en todo momento. Le fue permitida la Comunión frecuente, la cual para ella era consuelo y sustento. En una ocasión en que se encontraba con una gran debilidad física debida a su prolongado ayuno, Dios le procuró alivio a su necesidad. Su madre, al encontrarla muy cansada le dijo: - Hija ¿qué tienes? - Nada madre, contestó Rosa - Voy a prepararte una taza de chocolate pues estás muy débil. - No se preocupe madre, Dios ya dispuso el alivio y no deseo que haga ese gasto, contestó la Santa - Por Dios hija mía, no has tenido tiempo de pedir ayuda a nadie ¿cómo quieres que te ayude Dios? Al instante suena la puerta de su casa, era un criado de don Gonzalo de La Maza, cuya familia era amiga de la de Rosa … Maravillada, la madre le pregunta: - ‘’¿Cómo supiste de esto?’’ Respondió Rosa: yo le pedí a mi ángel guardián que mueva a la familia de la Maza para que envíen el remedio y le alivien el gasto que deseaba hacer… Demás está decir que quedó enteramente restablecida…
Pidamos a Rosa que aumente nuestra hambre de Dios por la lectura asidua del Evangelio y la recepción continua del Santísimo Sacramento.
6. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
Rosa no guardó rencor por ninguno de los que, en su momento, no comprendieron el camino que Dios le señalaba. Llevada siempre por la humildad incluso en el momento de su muerte, pidió perdón a todos por las molestias que hubiese causado… La gracia abundante que recibía en el Sacramento de la penitencia y la Eucaristía era lo que le fortalecía y llevó al heroísmo en la práctica de las virtudes.
Pidamos a Rosa crecer en la vida de piedad y en ser asiduos al Sacramento de la Confesión y la Santa Misa.
7. No nos dejes caer en la tentación
Rosa no estuvo exceptuada de tentaciones y pruebas, de las cuales salía victoriosa por su abandono en Dios. Experimentó sequedades en la oración, fatigas en su combate espiritual, entre otras cosas. Una vez se le presentó un mozo que se mostraba muy galante con Rosa. Inmediatamente ella huyó del lugar y puesta en oración expuso al Señor sus quejas, a lo que el Señor respondió: “¿Crees que hubieses vencido de no haber estado yo contigo?…” Con esta respuesta quedó la Santa consolada y fortalecida.
Pidamos a Rosa permanecer firmes en Dios particularmente en los momentos difíciles.
8. Y líbranos del mal
Rosa mereció la corona de la santidad porque luchó legítimamente en cada instante de su vida contra el mal. Pidió siempre la gracia de Dios que se dispensa en nuestra Iglesia, fue fiel en la oración y muy mortificada, pensando siempre en los demás antes que en si misma. Si hoy acudimos a su intercesión es porque sabemos que nos ayudará a nosotros en nuestro personal combate por llegar al Cielo.
Pidamos a Rosa su especial protección en las tentaciones y que nos ilumine para que sepamos rechazar todo aquello que nos aparte de Dios.
9. Amén
Rosa llevó una vida feliz, abrasada a su esposo crucificado. En el último instante de su vida pudo decir: “Todo está consumado”. Siempre dijo “Amén, así sea” a los planes de Dios… Y diciendo: “Jesús, Jesús sea conmigo”, entregó su alma a Dios y entró en la gloria de la bienaventuranza eterna desde donde intercede por nosotros.
Pidamos a Rosa que Dios nos conceda la gracia de abrazar la cruz de las dificultades de cada día con alegría.
Oración final
Gloriosísima patrona y abogada nuestra, Rosa de Santa María, Purísima flor de santidad e inocencia, esposa amantísima de Jesús; por aquel incendio de divino amor que abrasó tu corazón para con tu soberano Esposo, y por el celo ardentísimo por la salvación de las almas, por el amor a tu pueblo y a tu patria; te pido humildemente nos concedas abundantes bendiciones, y de manera especial la gracia que te pido… (pídase), si es a mayor gloria tuya y bien de nuestras almas. Amén.
Oración para las Virtudes
Gloriosa Santa Rosa de Lima,
tú que supiste lo que es amar
a Jesús con un corazón tan fino y generoso,
enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo,
podamos gozar de tu protección en la tierra
y de tu compañía en el cielo.
Amén.
Oración para vivir cerca a Cristo
Oh Dios Omnipotente, dador de todo bien,
que hiciste florecer en América por la gloria
de la virginidad y paciencia a la bienaventurada Rosa,
prevenida con el rocío de tu gracia; haz que nosotros,
atraídos por el olor de su suavidad,
merezcamos ser buen olor de Cristo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
Oración para recibir la Eucaristía
Bendita y amada del Señor, y gloriosa Santa Rosa, por aquella felicidad que recibiste de poder unirte a Dios y prepararte para una santa muerte, alcánzame de su divina Majestad la gracia de que purificando mi conciencia, con los sufrimientos de la enfermedad y con la confesión de mis pecados, merezca disponer mi alma, confortándola con el viático santísimo del cuerpo de Jesucristo a fin de asegurar el trance terrible de la muerte, y poder volar por ella a la eterna bienaventuranza de la gloria.
Así sea.
Oración para todos los días
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que amaste con filial devoción a nuestra Madre del Cielo y profesaste una gran ternura y dedicación a los más desvalidos, sirviéndoles como el mismo Jesús.
Enséñanos a imitar tus grandes virtudes para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu gloriosa protección en el Cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por el Servicio
Señor, Dios nuestro, Tú has querido que Santa Rosa se consagre totalmente a ti, por su amor virginal, y por su penitencia de amor.
Haz que guiados por el ejemplo de su caridad, seamos fecundos en el servicio de amor al prójimo, como buenos testigos del amor de Cristo.
Guiados por el ejemplo de Santa Rosa, fortalece Padre, nuestro amor a ti y a nuestros hermanos, junto a quienes queremos alabarte y bendecirte, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración por la Eternidad
Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú", encendida en el amor a Dios y a la fe,te apartaste del mundo y te entregaste a Cristo en medio de admirables penitencias.
Quisiste ser apóstol y llevar a todos los hombres hacia Jesús.
Para ello renunciaste a tu hermosura y a tus atractivos humanos, mortificando tu cuerpo.
Alcánzanos el camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de los bienes eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración para obtener un corazón desprendido de las vanidades
Oh esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra protección acudimos para que nos alcancéis de vuestro celestial Esposo un corazón desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.
¡Oh flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para nosotros las bendiciones del Señor.
Proteged a la Iglesia, sostened a las almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los errores para que brille siempre majestuosa la luz de la Fe y para que Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión.
Amén.